Translate

viernes, 28 de octubre de 2016

El Iniciado Martinista avanza con prudencia y silencio bajo la capa.- Jean-Marc Vivenza


La vigilancia, que debe guiar los pasos del Hermano martinista, proviene del verdadero conocimiento en el seno de Sophia, esto es, de la Sabiduría cuyo atributo lleva consigo: la Capa.

Esta es la Sabiduría divina que San Pablo opone a la sabiduría profana de este mundo. Para L.C. de Saint-Martin, esta última sólo es un fragmento caído de la Sabiduría primordial donde Sophia es mucho más que una sabiduría mundana, ella conduce al hombre a un impulso divino (recordemos que el Espíritu Santo ha sido identificado con la Sophia por san Teófilo de Antioquía y san Ireneo de Lyon), verdadero depósito transmitido de Iniciado a Iniciado, en secreto, y cuya radiación, dando testimonio al mundo, se revela a quien se abre a ella percibiéndola y recibiéndola. Si el Iniciado avanza con prudencia y silencio bajo la capa, aquello que a veces “es lo que es” (su personalidad), habla más fuerte de lo que “dice”. La capa recubre sus vestimentas (“aquello que es”), ocultando su aspecto exterior bajo sus pliegues de tela negra. Aprende así a silenciar las reivindicaciones de su yo. La vestimenta siempre refleja la personalidad de quien la viste, por ello es puesta aquí “bajo el velo”; el término capa en sí mismo proviene del latín “mantellum” que significa “velo”.