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lunes, 8 de abril de 2013

Objeto de la disolución de la materia. LC de Saint-Martin




TRAITE DES BENEDICTIONS, Œuvres posthumes.
“El objeto de la disolución de la materia es devolver a todos los seres el libre ejercicio de las leyes de su naturaleza primera, restituir los seres divinos a la simplicidad de su acción divina, haciendo cesar en ellos la división a la que están sometidos durante la duración del tiempo entre la acción divina que les es propia y la acción temporal que solo es pasajera; es el de devolver a los seres espirituales-temporales su propiedad primitiva que es la de participar en el culto eterno del Creador, es decir, presentarle espiritualmente, y sin interrupción, el cuadro fiel y los frutos gloriosos de las leyes que Él les ha dado, cosas que sólo pueden ser hechas en la actualidad por hechos materiales, pero que son hechas no obstante con exactitud, porque son los mismos seres y las mismas leyes y sólo existen en el número de su poder que ha sido restringido; finalmente, es para devolver a los esclavos prevaricadores la luz de la que han sido privados por los poderes tenebrosos de la materia; es para reducir su servidumbre, restableciéndoles en sus primeros principios de virtud divina, que los justos pagan también tributo a la justicia eterna en la sombra de su reconciliación, preparando para esta misma reconciliación a los impíos sobre los cuales el número de molestación será más riguroso, tras la destrucción de la materia, que el que haya sido durante su duración; en una palabra, es para restablecer la armonía universal, devolviendo todo a la unidad”.